"Los pueblos deprimidos no vencen, por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza" Arturo Jauretche

miércoles, 12 de agosto de 2009

Semilla de lucha que vuelve a florecer


Los jóvenes no somos el futuro, somos el presente. Somos el ahora en este contexto de posibilidad de cambio en nuestro país.

Los jóvenes de hoy somos los hijos de tres décadas marcadas por la esperanza, la lucha, la muerte y la entrega de la patria. Hijos de jóvenes que en los 70' dieron todo por un futuro mejor, que soñaron con una primavera que fue corta y a la que le arrancaron sus mejores "flores" cuando todavía no habían vivido la vida en plenitud, esos jóvenes militantes que tenían conciencia de cual era su rol a cumplir. Para esos días no era sencillo ser considerado un cuadro político, el nivel de formación y de participación era alto, se leía y se debatía. Pero independientemente de la capacidad intelectual o de las condiciones de un militante para conducir un grupo, primaba en la mayoría el compromiso y la convicción para encarar las acciones necesarias para la liberación de la patria. Esto quedó demostrado con la cantidad de desaparecidos y caídos en combate de esta franja etaria.


Somos los hijos de los jóvenes que estuvieron en el conflicto de Malvinas. Esos que sufrieron el frío, el hambre, la falta de pertrechos bélicos adecuados para defenderse de un enemigo superior en técnica y equipo, no obstante eso, dieron todo luchando con fiereza e ingenio gaucho. Pero por sobre todas las cosas lucharon contra dos enemigos aún más letales: los responsables de las operaciones bélicas y la sociedad.


Los primeros son los mismos inmorales que reprimían y hacían desaparecer en el continente, no iba a ser distinto en las islas, en donde no sólo desviaron la mayoría de las donaciones que el pueblo envío a los soldados sino que también propinaron torturas o estaqueos a quienes "osaban" alzar la voz.

Los segundos son los que salieron a vivar a Galtieri a la Plaza para alentar una guerra que no iban a pelear y luego pagaron con indiferencia el regreso con derrota de los soldados a nuestro suelo.

Ocasionó más muertes, hasta nuestros días, el olvido que la guerra misma, la falta de política en materia de salud para tratar los trastornos posguerra, la falta de reinserción social y laboral y, por sobre todo, la falta de reconocimiento de los gobiernos inmediatos que le siguieron a la dictadura.


La política de terrorismo de estado en los 70' fue dando lugar a la despolitización y al “no te metas”, creando un vacío que sería difícil de llenar al regreso de la democracia. Mas aún, durante el comienzo de este periodo las fuerzas del "orden" siguieron con su política de represión considerando a la juventud en su conjunto como un sector marginal, ¿será que las fuerzas no fueron purgadas y seguían los mismos elementos de esa época nefasta?

Se fueron acercando los 90´ y el gatillo fácil, la entrega total del estado, la profundización de las políticas de exclusión y por ende la criminalización de toda manifestación juvenil, generando descontento y frustración en ellos. Sin duda que para ese momento la visión sobre el futuro sería pésima.


Y llegamos a estos días, con toda esa herencia anteriormente mencionada, con los sucesos del 2001 aun latentes, ya que como todo proceso político-social usó como abono la sangre de los jóvenes y con una batalla cultural perdida, la cual arrastra a gran parte de la juventud al descreimiento. Mirando hacia atrás entendemos el hoy, por eso critico a quienes critican, porque son los jóvenes rehenes de un sistema que no los contuvo y que no les dio las mismas oportunidades a todos.

Son los mismos sectores reaccionarios que hace 30 años terminaron con el sueño de esa juventud, que vuelven para hacernos retroceder. Son los que quieren la privatización, los patrones que no están dispuestos a negociar aumentos salariales y condiciones laborales, los de las recetas de ajuste, los que no quieren que todos puedan acceder a la educación, los que quieren robarnos nuestros sueños y los sueños de las próximas generaciones.

Como si fuera poco, los medios mostrando imágenes en donde pareciera que todos estamos perdidos en el paco, el alcohol, el robo, sin interés en la educación o en el trabajo. Si bien es una triste realidad, no han logrado vencernos a todos. Existimos, también, los militantes sociales: los que trabajan en los comedores, los que enseñan oficios, los que realizan jornadas solidarias, los que luchan con la convicción de que la política es la herramienta para lograr una sociedad más justa. Nosotros no somos noticia.


Es por eso que debemos recuperar el rol que nos arrebataron, que nos hicieron creer que no vale la pena participar para que cambien las cosas. Hay un grupo de jóvenes que en el 2003 empezamos a recuperar, en parte, el espacio que nos corresponde en lo laboral y político. Nos sentimos contenidos en este Proyecto Nacional encarnado en Néstor y Cristina.

Tenemos la fuerza y el empuje necesario, asumimos con responsabilidad y compromiso el papel que nos depara este momento histórico.



Por eso hoy, más que nunca, sumate. Con vos podemos construir una patria que nos abrace a todos. De vos depende, esto está ahora y para siempre en tus manos.



Funes Miguel

Militante de “La Cámpora” en Lomas de Zamora

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