"Los pueblos deprimidos no vencen, por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza" Arturo Jauretche

miércoles, 12 de agosto de 2009

En defensa de la Educación Pública

El campo de deportes del Colegio Nacional de Buenos Aires se encuentra en Macacha Güemes y Juana Manso, a unos metros del hotel Hilton, Puerto Madero. Fue donado en 1905 cuando el colegio aún no era apadrinado por la UBA; desde 1914, los terrenos pasaron a pertenecer a dicha Universidad. Su pertenencia fue ratificada por medio de tres leyes que fueron sancionadas en 1915, 1935 y 1974, encabezada por Taiana, padre del actual canciller. Los problemas comenzaron hacia 1989, en medio de la ola privatizadora de la presidencia de Carlos Saúl Menem, al firmar dicho presidente un decreto por el cual se cedían los terrenos de Puerto Madero para un proyecto inmobiliario que continúa hasta nuestros días. Para tal fin, se creó la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A. (CAPMSA). Estas decisiones determinaron el comienzo de una prolongada disputa entre la UBA
y dicha corporación que desembocó en un litigio no resuelto.


Hacia el 2005, el juicio iba por buen camino y existía una gran probabilidad de que los terrenos quedaran para el Colegio; sin embargo, la UBA detuvo el juicio e inició una negociación con la corporación para lograr una venta de estos codiciados terrenos, existen preacuerdos firmados por autoridades de la universidad, la corporación y gendarmería. La información llegó a los estudiantes, quienes decidieron movilizarse y reclamar por los terrenos bajo las banderas de “NO a la venta del campo de deportes”, luego cambiaría a “No a la venta total o parcial del campo de deportes” ya que existía la posibilidad de que una calle atravesara los terrenos. Las autoridades universitarias, lógicamente, negaron enfáticamente cualquier tipo de negociación secreta y proclamaron su defensa de la educación pública.


CAPMSA es una asociación muy poderosa que lleva 20 años funcionando. Los poco terrenos de Puerto Madero que quedan libres para destinar al negocio inmobiliario son el campo de deportes del Colegio y otros aledaños. Aparentemente, la corporación abandonó su deseo de quedarse con el terreno perteneciente a la UBA por cuestiones legales; su nuevo objetivo estaría vinculado con estos terrenos aledaños, que podrían conseguirse con un cambio de zonificación que desvalorizaría los terrenos del colegio. ¿Cómo actuará el Centro de Estudiantes de dicho colegio? ¿Aceptará el cambio de zonificación? Es una incógnita, las agrupaciones estudiantiles asumen posturas diferentes e, incluso, existen sectores dentro de estas agrupaciones que se oponen a las posiciones esgrimidas por las mismas.


Todo haría pensar que habrá una pronta definición. Hay optimismo en los estudiantes, el campo de deportes probablemente siga siendo utilizado por el Colegio para actividades físicas. Si bien los problemas con la empresa acabarían, y el campo de deportes seguiría perteneciendo a la UBA, existe una gran desconfianza en el estudiantado, dado que no se sienten representados por las autoridades y temen la posibilidad de que estos terrenos sean utilizados para otros fines que no sean los estrictamente deportivos y educativos.



Lo que se debe destacar en esta prolongada disputa es que no se trata sólo del destino de un campo de deportes, sino de un interés mayor que es la defensa de la Educación Pública, que incluye el resguardo de las propiedades públicas.

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