Desde que comenzó le gestión macrista en la Ciudad, los estudiantes hemos sentido en carne propia el desprecio y la exclusión de una manera muy concreta. Muy lejos quedaron aquellos discursos demagógicos que prometían una educación pública de calidad. Por el contrario, hoy vemos como los subsidios a las escuelas privadas aumentan, mientras se recortan los presupuestos asignados a las escuelas públicas, en una clara demostración de clasismo macrista. Hoy tenemos escuelas sin gas, sin luz y con una infraestrucutura miserable, cierto es que esta problemática no es nueva, pero si lo es el aumento del desprecio por la educación de los miles de pibes que asisten a lo que debería ser una escuela capaz de formar futuros ciudadanos comprometidos por su colectividad. Pero, lejos de ponernos en exquisitos con nuestros reclamos, optamos por exigir primero que se respeten los derechos básicos, en el distrito mas rico del país.
Luca Stecco
La Cámpora Secundarios
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